16/5/13

ARTE ENCONTRADO


En contra de mi discurso habitual -sostengo que el arte solo adquiere su condición de tal cuando existe la voluntad creadora del autor- algunos objetos, por su capacidad de provocar experiencias sensitivas o cognitivas en el ojo del observador, imponen su carácter artístico. Este es el caso de esta pieza, un cartel publicitario encontrado en el escaparate de una perfumería de barrio que, como consecuencia de su larga exposición al sol y la consiguiente alteración de las emulsiones de su superficie, ha devenido en una inquietante composición de formas orgánicas. Y lo más fascinante del caso es que mientras siga en este emplazamiento, inexorablemente seguirá evolucionando, mutando, recreándose. Tengo que hablar con el dueño de la tienda a ver cómo arreglamos que esta maravilla acabe en mi pared.

1 comentario:

  1. ¿Te has parado a pensar en que en el momento en que esa obra casual esté en tu poder habrás detenido, o alterado, su evolución, mutación o recreación? Quizá sea ese el momento en el que realmente, sea arte: cuando haya pasado de ser un objeto en permanente transformación fortuita a un objeto para la contemplación de un momento concreto de esa evolución, o mutación, o recreación.

    Creo que me he hecho un lío...

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